martes, 17 de junio de 2008

Historia de una cómica travesía a Washington.

Heme aquí, en Washington, D.C. Ya llegué, bueno de hecho fue el sábado, con muchas vicisitudes, pero el sábado al fin. Bueno se preguntarán por qué las vicisitudes arriba mencionadas, Oh! Es una divertida historia, siempre y cuando no le pase a uno, jeje, como sucedió con nosotros. Empezaré desde el jueves: Cambiándome para el concierto de Maná, me llama Víctor y me da la última confirmación con todas las autorizaciones de lugar de que efectivamente nos vamos el sábado a Washington a realizar la pasantía en la OEA. PERO, que los vuelos se van a comprar el viernes, o sea un día antes de irnos. Bien.

Llega viernes, todo un corre –corre ese día, comprando todo lo que me hacía falta, y cuando me refiero a tofdo, creánme que es todo. Ya que, los dorms de las universidades no tienen nada más que: camas, neveras, baños, sillas, mesas y microondas. Así que, tuve que comprar sábanas, toallas, etc… la almohada la dejé para acá porque eso ocupa mucho espacio…. Ese día teníamos reunión a las 4:00 p.m. en SEESCYT, que ya iban a desembolsar todo (Oye eso, 16 horas antes del vuelo no teníamos boleto). Como a las 5 y algo salen todos los fondos, y ahí se arma otro corre-corre, se cambia el dinero, entre otros trámites administrativos.

7:30 de la noche, y dónde boletos?? Bueno, llegaron 5 minutos después por suerte. Me voy a mi casa a las 8:00 p.m., no a empacar mi maleta, sino a EMPEZAR A SACAR LAS COSAS PARA EMPACAR, y yo con un compromiso de una despedida “sorpresa” que de sorpresa sólo tenía el lugar jeje. Entre tres armamos la maleta, de hecho en realidad yo sacaba cosas y mi mamá y mi tía la entraban. Dan las 9:15, a bañarme para prepararme por mi despedida “sorpresa” que Claudia me había preparado. Hablamos y me dice que tengo que pasar por el Lux Mundi para que el “guachi” me de la primera vista, bien, llego al Lux Mundi y justo cuando el “guachi” está saliendo, me llama Claudia y me dice que me vaya de ahí que el guachi no sabe nada….A CORRER FANATICOS. Bueno, después de las pistas de lugar adivino el sitio: Cane. Muy bien perfecto toda mi despedida, gracias a los que fueron.

Llego a mi casa casi a las 2:00 a.m. y el vuelo salía a las 10:20 a.m. tenía que estar a las 8:20 en el aeropuerto, me levanto bien todo llego al aeropuerto…. Y dónde están los otros??? Llegan MAS tarde, nos ponemos a hablar, y en eso se nos va el tiempo, cuando nos estamos chequeando en migración, llega un empleado y pregunta muy apurado: Son ustedes e grupo de 4 que se va en el vuelo a Miami? Sí, respondo--- Corran que el vuelo se va!. Ni Félix Sánchez habría corrido tanto como nosotros, pero entramos en el avión.

Llegamos a Miami –ahora es que se pone buena la cosa--, y se daña un trencito de los que nos llevarían a la terminal donde nos subiríamos al avión a Washington, 2 horas teníamos, faltaban 30 minutos y estábamos en migración. Llegamos después al chequeo de seguridad y la maleta de mano de Emil no la quieren dejar pasar dizque por grande, llega una supervisora y autoriza, pero entonces ahí mismo el detector de metales empieza a pitar cada vez que Katherine cruza, por lo que la revisan, en eso se pierden valiosos minutos, 10 minutos para que despegue le vuelo, y el gate era el 36 y cuando miro a mi lado veo que estoy a penas en el 13…. No les contaré cómo llegué tan rápido, pero cuando logró llegar una viejita me dice todo los insultos que se han inventado pero ordena abrir la puerta del avión y entramos…Ya se imaginan lo que dijeron los pasajeros jiji….

Llegamos a Washington, misión cumplida?? Quién dijo? Ahora era las maletas de Emil, Víctor y Katherine que no habían llegado y teníamos que esperas 2 horas ahí. Bueno decidimos aprovechar y comer. Solicitamos un taxi, y como típicos dominicanos le metimos 6 maletas grandes, 3 medianas y 4 de mano a aquella van, sin contar con que éramos 5. Muy bueno el taxista que nos dejó hacer eso… Hasta que el hombre ha dicho que se cobra US$ 1.25 por maleta y US$ 1.50 por persona adicionas después de uno… ladrón.

Llegamos a George Washington University, y cuando llevamos a Victor a su habitación, dice Katherine: Ay el compañero de habitación tuyo es chino, nos reímos, hasta que de repente sale el tal chino, que era nada más y nada menos que un nativo americano metal, con su boca perforada y llena de puyas metálicas y el de la otra habitación otro metal más pero con más aretes todavía, cual de los dos más drogados. Nos llevamos a Víctor de ahí y lo alojamos en la habitación mía y de Emil, misión cumplida. Y falta otro cuento que viene en camino jejeje…. Nos vemos!!!

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